Mi privilegio de ser padre es una de las dichas mas grandes que he tenido. Tuve el privilegio de entrar a las cesáreas de mi hijo e hija, y fue maravilloso verlos salir del vientre de su madre para unirse a nuestra familia. Recuerdo haber visto a esos pequeños seres indefensos salir para enfrentar la vida, y recuerdo el temor que sentí de no sentirme capaz de enseñarles todo lo que necesitarían en sus vidas.
Me sentí feliz de poder llevarlos a casa y velar sus sueños, cantarles al oído cuando se sobresaltaban, proveerles lo que necesitaban y ser su Papá.
Hemos pasado por muchas cosas juntos, y el tiempo no se ha detenido, parece que fue ayer la noche que llamé a mis padres por teléfono y les dije: "Ya soy Papá".
Hoy soy tan afortunado de tener a mis dos adolescentes, aun no hay tregua, pues todavía
tenemos que aprender juntos el arte de vivir.
Pienso en nuestro Padre celestial que nos ama de la misma forma y con un amor más profundo. solo puedo decir: "Gracias Dios por el privilegio de compartir la paternidad conmigo"
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